Cuando hablamos con Adrián, AI Engineer y Technical Lead en Aunoa, siempre tenemos la misma sensación: que detrás de cada explicación técnica hay, en realidad, un juego de magia. Y no es casualidad.
Adrián combina más de 12 años de experiencia en desarrollo de software, arquitectura IT y liderazgo tecnológico con una habilidad inesperada: la de dejarnos con la boca abierta con sus juegos de ilusionismo.
Como AI Engineer y Technical Lead en Aunoa, impulsa nuestras soluciones conversacionales, guía decisiones técnicas clave y acompaña al equipo en su crecimiento. Hoy lo entrevistamos porque es imposible no querer saber más sobre la mente, y las manos, detrás del ingeniero que igual te optimiza un pipeline que te hace desaparecer una carta.
Entrevista con Adrián Gosálvez: El AI Engineer que nos enseña a valorar la simplicidad en la complejidad

1. Adrián, tienes un perfil híbrido entre ingeniería, arquitectura y liderazgo. ¿Cómo le explicarías tu rol actual en Aunoa a alguien que no sabe absolutamente nada de la IA?
Mi rol en Aunoa ha ido evolucionando de forma natural con el tiempo. Comencé como desarrollador (y sigue siendo mi base principal) pero actualmente desempeño un perfil muy transversal, participando en casi todas las capas del producto y la tecnología.
Trabajo en el mantenimiento y creación de funcionalidades, su arquitectura y diseño, y me aseguro de que sean mantenibles, eficientes y sostenibles a lo largo del tiempo. Además, doy soporte a distintos equipos como operaciones, administración e incluso ventas, lo que me permite tener una visión global de cómo funciona la compañía.
En el ámbito de la inteligencia artificial, contribuyo al desarrollo de soluciones que ayudan a las empresas a mejorar sus procesos y su atención al cliente mediante el uso práctico y real de la IA.
2. Después de 12 años en desarrollo y transformación digital, ¿qué sigue sorprendiéndote de este sector?
Lo que más me sigue sorprendiendo del mundo del desarrollo y la transformación digital es la velocidad a la que todo evoluciona y cómo la tecnología redefine constantemente lo que creemos que ya está consolidado.
Al mismo tiempo, mantengo un enfoque bastante escéptico frente al “humo” que genera cierto hype del sector: conceptos que se presentan como disruptivos, pero que luego no se traducen en valor real ni en soluciones sostenibles, como ocurre con fenómenos como el vibecoding.
La experiencia te enseña a distinguir entre lo que es tendencia pasajera y lo que realmente aporta impacto.
Lo que sí continúa resultándome motivador es comprobar cómo la tecnología, cuando se aplica con criterio, transforma la forma en que trabajamos y tomamos decisiones. Y cuanto más avanza la inteligencia artificial, más claro queda que el factor humano (el juicio, la ética y la capacidad de comprender el contexto) sigue siendo esencial.
3. ¿Qué es lo más retador, o lo más divertido, de ser technical lead en un equipo como este?
Lo más retador es equilibrar la parte técnica con la toma de decisiones que afectan al equipo y al producto a largo plazo. No solo se trata de resolver problemas, sino de elegir bien cómo se construyen las cosas para que sean escalables, mantenibles y eficientes. De hecho, muchas veces pasamos más tiempo pensando que escribiendo código, porque la solución correcta casi siempre nace de un buen análisis previo.
Lo más divertido es precisamente eso: participar en la creación de soluciones desde cero, ayudar a desbloquear retos complejos y ver cómo el trabajo conjunto se transforma en algo real que aporta valor. Esa mezcla entre reflexión, construcción y mejora continua es lo que más me motiva.

4. Si tuvieras que elegir un único logro del que te sientas especialmente orgulloso en Aunoa, ¿cuál sería y por qué?
Haber contribuido a que la plataforma se solidificase y adquiriese una mayor robustez con el paso del tiempo.
Este proceso no ha sido solo técnico, sino también fruto de grandes debates y reflexiones compartidas con mis compañeros, donde hemos contrastado ideas, cuestionado decisiones y buscado siempre la mejor solución posible. Ese espíritu crítico y colaborativo ha sido clave para construir una base más estable, fiable y preparada para evolucionar.
5. ¿Qué tendencia de IA crees que realmente cambiará la forma en que trabajamos en los próximos 2 años (y cuál es puro humo)?
La tendencia que considero más sólida y transformadora a corto plazo sigue siendo la capacidad de la IA para redactar y estructurar textos de forma coherente y contextual, que es donde actualmente veo un impacto más real y aplicable en el día a día.
Dicho esto, admito que mi visión puede resultar algo extrema, pero creo sinceramente que la inteligencia artificial que conocemos hoy es una etapa pasajera: potente, sí, pero aún muy dependiente de patrones estadísticos y datos masivos. El verdadero salto llegará cuando despegue la IA cuántica junto a los ordenadores cuánticos, momento en el que podríamos hablar de una transformación global profunda.
Mientras tanto, creo que lo más inteligente es aprovechar con criterio lo que ya tenemos, mantenernos al frente de la ola tecnológica y aplicar la IA con calma, cabeza fría y pragmatismo, sin dejarnos arrastrar por cada tendencia.
6. Aquí viene la pregunta obligatoria: ¿qué tienen en común un buen truco de magia y un buen diseño de arquitectura software?

Antes de nada, pequeña aclaración importante: entre magos solemos preferir decir juegos de magia en lugar de trucos, simplemente porque suena más bonito y más fiel a lo que hacemos. Y dicho esto, un buen juego de magia y un buen diseño de arquitectura software se parecen más de lo que parece: en ambos casos, lo importante es que todo funcione de forma tan natural que casi parezca sencillo.
Cuando un juego de magia está bien ejecutado, tú solo disfrutas del efecto, sin ver todo el trabajo, la preparación y la precisión que hay detrás. Con la arquitectura software ocurre algo muy parecido: cuanto mejor está diseñada, más fluido y “fácil” parece todo desde fuera, aunque internamente haya mucha complejidad bien orquestada.
Al final, tanto en la magia como en la ingeniería, lo realmente valioso es lograr que lo complejo se sienta simple.
7. Dices que te gusta combinar eficiencia con innovación. ¿Cómo mantienes ese equilibrio cuando el ritmo del día a día se acelera?
Mantener el equilibrio entre eficiencia e innovación cuando el día a día se acelera no siempre es fácil, pero intento no perder la calma ni dejarme arrastrar por la urgencia constante.
Para mí la clave está en parar un momento, pensar y priorizar bien. No todo lo urgente es importante, ni lo importante es inmediato, y muchas veces hacer las cosas con prisas solo genera problemas a medio y largo plazo. Prefiero avanzar con cabeza, probando, ajustando y mejorando poco a poco.
Intento que la innovación no se convierta en un caos, y que la eficiencia no mate la creatividad. Al final se trata de encontrar un ritmo sostenible que permita seguir evolucionando sin perder calidad ni sentido.
Para mí, el equilibrio está en aportar valor real, sin complicar innecesariamente lo que puede ser simple. Hacer lo justo, pero hacerlo bien.
8. Trabajas codo con codo con diferentes perfiles de Aunoa. ¿Qué es lo que más valoras del equipo?
Lo que más valoro del equipo de Aunoa es la calidad humana y la implicación. Hay ganas reales de hacer las cosas bien, de ayudar y de estar ahí cuando hace falta, incluso cuando las cosas se ponen intensas.
Además, la diversidad de perfiles y la libertad para debatir ideas hacen que el trabajo sea mucho más enriquecedor y que las soluciones sean mejores.
9. Si tuvieras que hacer un “juego de magia” para mejorar la productividad del equipo… ¿Cuál sería?
Si tuviera que hacer un “juego de magia” para mejorar la productividad del equipo, partiría de una idea muy clara del mundo del ilusionismo: la clave no está solo en el qué, sino en elegir bien el cómo.
En nuestro caso, lo importante es encontrar la forma más adecuada de ejecutar cada tarea, proceso o proyecto. Y ahí es donde entran la simplicidad y la economía de movimientos: hacer las cosas con la menor fricción posible, sin pasos innecesarios, sin complejidad artificial y con foco real en el valor.
Al final, la productividad no viene de hacer más, sino de saber cómo hacerlo mejor. Igual que en la magia.
10. Para terminar, ¿qué es lo que te llamó la atención del ilusionismo y cuál es tu juego de magia preferido?
Cuando empecé a practicar, al hacérselo a los adultos y ver su reacción, me nació la necesidad de ilusionar a los demás. Poco a poco fui descubriendo que, durante ese momento de magia, la gente se olvida de los problemas del día a día, y eso es lo interesante.
La pelota se fue haciendo más y más grande hasta que, sin darme cuenta, prácticamente llegué a realizar actuaciones a nivel profesional pero sin vivir 100% de ello.
Ahora mismo mis favoritos son aquellos en los que yo manipulo el elemento mágico lo menos posible. Es decir, juegos que transmiten una sensación de limpieza e imposibilidad máxima, donde al espectador se le quita cualquier “red de seguridad” mental.
Hoy en día diría que mi juego preferido suele ser alguno de mentalismo con cartas en el que la baraja se manipula lo mínimo. Son efectos muy puros, muy directos y que generan una reacción brutal.

